martes, 10 de agosto de 2010

REDUCE EL ESTRÉS CON LA LECHE

Una adecuada nutrición es básica. Incluir lácteos en tu dieta diaria ayuda a prevenir y a enfrentar este proceso que afecta tu vida.

Cuando hay estrés, el cuerpo se ve sometido a rigurosos procesos físicos y mentales. Por ello, la buena nutrición juega un papel vital, ya que permite soportar esta situación.

Una persona con estrés puede tener síntomas como tensión, cansancio, insomnio, dolor de cabeza, irritabilidad, ansiedad, falta de deseo sexual, angustia, desánimo, contracturas musculares y falta de concentración, males que pueden durar pocos días o, en el peor de los casos, convertirse en un problema crónico, lo cual es altamente dañino para la salud.

En tal sentido, la nutricionista Milagros Agurto afirma que muchas de las cualidades de los nutrientes se ven disminuidas cuando hay estrés. Entre ellos, menciona el magnesio, el zinc, el complejo B, la vitamina C y el calcio, que en la leche se encuentra en importantes cantidades. De allí la importancia de habituarnos a su consumo.

El calcio es un nutriente básico pues, junto con el magnesio, ayuda a que los impulsos nerviosos lleguen a los músculos y, por ende, reduce el estrés.

“Por eso, además de verduras, frutas, carnes bajas en grasas, alimentos integrales –ricos en vitamina B–, los lácteos descremados o semidescremados son una buena opción para ese aporte de calcio. No olvidemos que no solo es importante para evitar las contracturas musculares, sino para un buen funcionamiento del corazón”, dice Agurto, quien sugiere consumir dos o tres tazas de leche o yogur al día para cubrir entre el 70% y el 80% del calcio diario.

Por su parte, las personas que tienen problemas para digerir la lactosa pueden comer vegetales de color verde oscuro, como la espinaca y el brócoli.

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